Un coche en órbita: la odisea espacial de Starman y su Tesla Roadster

Hace ya cinco años, don Elon Musk aventó su carrazo al espacio, bien campante. Desde entonces, uno se anda preguntando qué chifladura ha estado haciendo ese coche galáctico. Un día como el 6 de febrero del 2018, no solamente se avienta a probar su juguetito, el Falcon Heavy de SpaceX, para demostrar que nos va a llevar a Marte en cualquier momento, sino que también decide cumplir una de sus ocurrencias más estrambóticas: mandar un Tesla Roadster a dar la vuelta por el espacio, con su Starman al volante, que en realidad es un maniquí disfrazado de astronauta. Suena más raro que poesía en voz de luchador, pero así es como se vive en el mundo de Musk.

Eso fue como hacer un trompo en pleno universo. El 6 de febrero de 2018 no solo nos sorprendió con la proeza de lanzar un pepino de cohete, el Falcon Heavy de SpaceX, sino que también nos troleó a todos poniendo el primer coche en órbita. Algunos ingenieros de SpaceX, que son más bromistas que tu tío en la boda, querían usar algo de peso y tamaño para la prueba. Y claro, si tu jefe es el mismo detrás de Tesla, el chiste se cuenta solo: ¡pongamos un Tesla en órbita! Y así, entre risas y cohetes, la Tierra vio pasar a un Tesla con Starman saludando a todo el sistema solar.

Y ojo, ¿quién necesita un auto por ahí en el espacio? Los ingenieros no andaban tan perdidos, querían solo un maniquí espacial como comparsa. Pero cuando el jefe es Musk, conocido por sus locuras, el último viaje del coche no fue por carretera, sino por la carretera cósmica. Noche de estrellas, viento solar en la cabellera del maniquí y allá va el coche espacial, dejando rastros de caucho sideral.

Starman, como buen conductor, lleva años dando vueltas sin parar. Si fueras a bordo, ya habrías hecho más de 4 millones de kilómetros. Y oye, en ese paseo, hasta ha visto a Marte a la cara. En octubre de 2020 se acercó más al planeta rojo que tu al puestito de tacos. El chiste es que mientras te enchilabas, él pasó a unos 800,000 kilómetros de distancia de Marte, como si estuviera echando una mirada al vecino. A ver si no le dio envidia de los marcianos.

Y hablando de chistes, ¿quién sabe si Starman se lo está pasando en grande allá arriba? Entre radiaciones y meteoritos, este Tesla espacial ha enfrentado de todo. No sabemos si se convirtió en chatarra cósmica o sigue en una sola pieza. Pero algo es seguro, las cosas como las bisagras de las puertas se perdieron en algún rincón del espacio.

¿Crees que Starman algún día va a volver a casa? Si le preguntas a los chicos de la NASA, tendrás que esperar hasta 2035 para que este Tesla vuelva a rondar Marte, como quien vuelve a visitar su barrio natal después de un largo viaje. Y no solo eso, también hay chances de que se pasee cerca de la Tierra en 2047 y 2050, como turista espacial en busca de paisajes diferentes.

Pero ojo, no descartemos que Starman agarre el volante cósmico y choque contra un planeta. Los cerebritos de la Universidad de Cornell lo han pensado y han calculado que hay un 22% de posibilidades de que el coche choque contra la Tierra en los próximos 15 millones de años, si no se desintegra antes en la atmósfera. Al parecer, el auto no sabe nada de estacionamientos.

Pero dejemos claro que poner un coche en órbita no es cosa de todos los días. Conocemos la debilidad de Musk por el show, así que no sorprende que se aventara este numerito. Y antes del lanzamiento, ya estaba tuiteando sobre la idea, como si fuera un chiste de cantina cósmica. Durante el lanzamiento, hasta soltó que espera que sus descendientes puedan recuperar el coche y llevarlo al museo, como si fuera una antigüedad intergaláctica. Y si te preguntas qué llevaba en el auto, pues no solo a Starman, sino también una memoria USB con las obras de Isaac Asimov, como si quisiera hacerle saber al espacio que no somos tan malos, y una placa con los nombres de los empleados de SpaceX, como si quisiera que el universo supiera quiénes le dieron gasolina para este viaje sideral.

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